martes, 29 de septiembre de 2009

EL ADIOS DE "JUANITO".

Bastó una reunión de 25 minutos con Marcelo Ebrard para que el tal "Juanito", jefe delegacional electo en Iztapalapa dejara de lado su intención de NO renunciar y quedarse en el cargo.
Terminada la reunión "Juanito" anunció que solicitará licencia por 59 días por "motivos de salud" inmediatamente después de rendir protesta ante la Asamblea Legislativa; como parte del proceso nombrará a Clara Brugada como directora del Jurídico para que asuma en Iztapalapa como encargada de despacho y él prometió o juró o protestó, que vigilará muy de cerca la administración de la perredista.
Advirtió que si durante los 59 días que Brugada permanezca al frente no cumple con sus compromisos con la población, él regresará ... "volveré" dijo el general McArthur cuando los japoneses lo corrieron a nalgadas de las islas Filipinas en 1942.
Ante tan seria advertencia,hecha ante cámaras y micrófonos bajo los portales del edificio de la jefatura de Gobierno, Ebrard, el Pegítimo y Brugada comenzaron a sudar frío sobrecogidos por el miedo de que algo así llegara a acontecer.
En ésto comenzaron a escucharse, sutilmente primero y aumentando paulatinamente su volumen, como fondo musical, las voces del inconfundible Coro de los Ajolotes de Iztapalapa --que votaron por "Juanito -- entonando las vibrantes y sentimentales notas del muy gustado son jarocho intitulado "El Rascapetate".
Seguramente debido a los compases de esta tierna melodía y al mismo contenido del mensaje que enviaba a sus seguidores y a toda Iztapalapa fué que la voz del jefe delegacional electo -- a punto de renunciar -- llegó a casi quebrarse en más de una ocasión, y también dió muestras claras de lo que significa "sentir un nudo en la garganta" o, en términos más de las de acá, tragar una abundante ración de boniato (en Cuba) o camote aquí en México.
Los momentos más álgidos de su alocución fueron cuando aseveró, refiriéndose a su decisión de renunciar: "lo hago no por presión de nadie, sino por la paz y la tranquilidad de Iztapalapa, no le tengo miedo a nadie"; y cuando argumentó que "el motivo para solicitar su licencia es que padece problemas de salud ... estos días no sé si sea la presión o que me he sentido muy mal del corazón. Ustedes saben que llevo dos infartos y para mí primero es la salud".
Ahora tratemos de imaginar cuántas dósis de billetes ofrecieron administrarle Ebrard, el Pegítimo y Clara Brugada a "Juanito" para aliviarlo a la brevedad de todos sus padecimientos: si tomamos en cuenta que el botín recuperado de más de 3,000 millones de pesos anuales que significa Iztapalapa alcanza para muchas empresas -- campañas del 2012 inclusive -- recetarle a su marioneta consentida una dosis masiva y en una sola aplicación de 5 millones de pesos resulta más que apropiada para ambas partes.
Para la trinca infernal es muy barato y para la marioneta, al grito de "más vale pájaro en mano ...", le alcanza para instalar una cadena de torterías con valor añadido del servicio de aseadores de calzado (más conocidos para la perrada como boleros).
Se aceptan comentarios y opiniones al respecto, y para los primeros tres opinantes que sugieran dosis distintas de billetes y que más se acerquen a la realidad, según cifra publicada por el IFAI, habrá premios valiosos y simbólicos: tres cintas tricolores empapadas de grasa y sudor de la frente de la marioneta debidamente autentificadas mediante las pruebas de ADN practicadas al sujeto en cuestión.
No quisiera terminar sin antes hacerles partícipes de lo que estas experiencias han enriquecido mis vivencias: casi podría apostar (si los dados no estuvieran tan cargados) que para el día de hoy la marioneta, alias "Juanito", está más que listo para servir de relevo en cualquier cargo de alta responsabilidad que el presidente Calderón necesitara renovar y dar nuevos ímpetus. Las pruebas que el de marras ha sabido superar lo acreditan como más que capaz para retos superiores en aras del bien de la Patria.






2 comentarios:

PABLO dijo...

Dice un amigo que a 'Juanito' le dieron dos infartos, uno en cada huevo.

Lo que aconteció en la reunión entre Acosta y Ebrard quedará enterrado en las amplias catacumbas de los misterios políticos mexicanos. La cara de Juanito post reunión no tiene abuela. Sabrá Dios qué le dijeron allí dentro...

Fernando Alday Pereznieto dijo...

La frase de tu amigo Leo Agusto es digna de figurar junto a las de Bernard Shaw