sábado, 19 de septiembre de 2009

LOS CHICOS MALOS A PUNTO DE ABORDAR.



Hará quizá unos cuatro años y meses que empezaron a reunirse casi todas las mañanas un pequeño grupo de amigos tabasqueños alrededor de una mesa de café en un centro comercial de Villahermosa.
Al grupo que primero ocupaba una mesa fueron agregándose paulatinamente otros más y ya se ocupaban dos mesas que juntaban y hasta una más , separada pero muy cercana; el espacio del café era reducido y no permitía mucha libertad de movimientos. Se reunirían para entonces unos diez de ellos.

En esas fechas yo radicaba en la Ciudad de México y venía a Villahermosa varias veces al año
para ver a mi hija y a mi hijo que vivían aquí con sus familias. Como uno de los miembros asiduos al café era mi hermano Carlos, yo lo acompañaba gustosamente la mayor parte de los días porque conocía bien a la mayor parte de los asistentes y si habían uno o dos extraños, para mí, en unos minutos podíamos romper el hielo y compartir si n diferencia alguna.

Ellos continuaron reuniéndose de modo que cuando, por fín, llegué para establecerme de fijo en Villahermosa formaba ya parte del grupo como cualquiera de los que lo iniciaron. Tuve el gusto de encontrar entre ellos a viejos conocidos y amigos de casi toda la vida: Guillermo Brown, Juan Graham, Benito de Mucha, Roberto Martínez, Carlos Compañ, Jorge Oropeza y Edmundo Brown. Conocí allí a Daniel Díaz, veracruzano, y a Julio García Muñoz, nacido en España y avecindado en México desde un buen tiempo atrás. Hace algo más de un año se adhirieron a la palomilla --que ya éramos éso-- Edgardo Escalante y Luis Mestre, yucatecos pero de los buenos
a quienes conozco igualmente de muchos años antes. Empezó a llegar, sobre todo los sábados, Pablo García Félix cargando su inevitable paquete de Liverpool con las últimas novedades literarias publicadas. Pablo es un lector insaciable quizá más que nada de autores latinoamericanos; las familias de Pablo y mía mantuvieron su amistad desde que yo tengo recuerdos y las figuras de sus padres y de su hermana Celia son para mí de presencia importante. Ultimamente, a instancias mías, se nos unió Andrés Herrera mi amigo de la juventud, de la "madurez" y de la senectud. Bienvenido Andrés! y dejo para el final a David Iduarte a cuyo abuelo paterno, Efráin Iduarte Sala, conocí desde que era yo un chamaco de unos ocho años porque estaba emparentado con un pariente mío.

Fué precisamente David quien una mañana se acercó a la mesa, ya bastante concurrida, para comunicarnos con una carcajada que se acababa de encontrar con un amigo suyo que le preguntó, ¿vas para la mesa de los chicos malos?, por qué de los chicos malos pregunto David, pues porque de esa mesa el que no está malo del corazón está malo de la próstata, o del hígado, o de la circulación, o es diabético, o tiene reumas, o ... . Y a partir de ese día el grupo es conocido por medio Villahermosa como Los Chicos Malos. No cabe duda de que el tabasqueño es más cabrón que bonito, no obstante ser bastante bien parecido!

Para aquellos que pudieran no estar debidamente enterados ofrezco un breviario cultural que trata de quienes son los verdaderos chicos malos cuyo nombre nos fué adjudicado. En las historietas del Pato Donald aparecía su tío Rico McPato, dueño de una fortuna en oro mayor que la que, juntos hubiesen podido acumular todos los presidentes de México y los miembros de sus gabinetes correspondientes; más voluminosa que la del chino ciudadano mexicano Chen Li Ye Gon. Bien, junto con ellos aparecían en algunos episodios cuatro malhechores, todos iguales el uno al otro, cuya única razón de vivir era la de apoderarse de la fortuna del Tío Rico.

Voy a tratar de describir a ustedes las apariencias de los cuatro Chicos Malos. eran de corta estatura, rechonchos y botijones, con barbas de cinco días y con antifaz cada uno, vestían pantalones azules y camisetas ajustadas blancas con mangas largas y rayas negras horizontales, al pecho llevaban colgado un cartón con el número que les habían asignado en la prisión --el mismo para los cuatro-- de la que se habían evadido recientemente (cualquier parecido o similitud con las prisiones mexicanas es sólo coincidencia) y caminaban uno detrás de otro apoyando la mano derecha sobre el hombro del que lo precedía.

No quisiera ser irreverente pero en aras de facilitar a ustedes ubicar bien a esos Chicos Malos les puedo decir que podían ser calcas exactas de aquel sacrificado líder magisterial Carlos Jonguitud Barrios a quien nunca podremos agradecer lo suficiente el habernos heredado la dulce, despampanante y eterna (por desgracia) presencia de Elba Esther.

Al día de hoy somos 16 los más asiduos concurrentes a las tenidas diarias de los Chicos Malos, de lunes a viernes, y tratamos de asistir a una comida conjunta cada último jueves de mes. En todas las reuniones en que coincidimos nos ocupamos de hacer partícipes a todos de las sesudas reflexiones a que dedicamos nuestros pocos ratos libres y también aprovechamos para enriquecer el acervo cultural del grupo escuchando las diversas ponencias de los presentes en las que se pone especial énfasis en anécdotas y chistes que van de la gama del color de rosa al rojo encendido que más tarde tiende al amoratado intenso. Las bromas intercambiadas abundan así como las más variadas anécdotas personales. Los temas a tratar pueden abarcar cualquier rama del saber humano y se exponen cuidadosamente respetando en todo momento el fondo y la forma de los argumentos de que se eche mano para la ocasión.

El grupo de Los Chicos Malos ha venido a ocupar el lugar que le estaba reservado desde siempre para incrementar y renovar la consabida sabiduría del pueblo tabasqueño.

La edades actuales de los miembros del Grupo quedan en el rango de los 90 a los 64 años y alcanza un promedio optimista de 73 años per cápita.

Recientemente, después de arduas discusiones en el seno de la Organización, se llegó a la conclusión de que ya estamos en tiempo de acogernos a la protección de un Santo Patrón que nos asista sobre todo a la hora que nos toque el abordaje definitivo. Se llegó al acuerdo por mayoría, que no unánime, de que quedaría designada para tal propósito La Santa Muerte que hoy cuenta con el mayor rating entre los fans de todo plumaje.

" Su atención por favor, esta es la sala de última espera, se suplica a los viajeros formarse en una sola fila llevando pase de abordar e identificación en la mano y avanzar, conforme escuchen sus nombres , en dirección a la puerta en que espera su Santo Patrón, Buen viaje y feliz aterrizaje ".

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